viernes, 8 de julio de 2011

¡CUIDADO!: QUE NOS QUEDAMOS DORMIDOS Y NUESTROS HIJOS…

¡CUIDADO!: QUE NOS QUEDAMOS DORMIDOS Y NUESTROS HIJOS…

Era una agradable tarde de verano. El padre había salido al campo a pasear con su único hijo. Y como hacía calor  el padre se acostó a la sombra de un árbol mientras el niño seguía corriendo y jugando que le traía a su papá flores silvestres que recogía de los alrededores. Pero por fin, un poco cansado, el padre se quedó dormido. Y mientras dormía, el niño se alejó de él.  Cuando despertó, lo primero que hizo fue buscar al hijo y luego de mucho andar llego al borde de un abismo,  en cuyo fondo alcanzó a ver entre piedras y zarzas el cuerpo sin vida de su amado hijo, bajó hasta donde estaba y tomando el pequeño cuerpo entre sus brazos, comenzó a llorar y a gritar que el era el asesino, porque debido a que se había quedado dormido el niño había caído en el abismo.
Cuantos otros padres, al igual que al del relato, estamos dormidos mientras que nuestros hijos avanzan solos por caminos peligrosos, al borde mismo de una caída fatal. Padres que nos confiamos demasiado, que somos quizás excesivamente descuidados, que dejamos a nuestros hijos librados a sus propios caminos.
Padres que desconocemos la verdadera conducta de nuestros hijos: y que mientras descansamos tranquilos, nuestros retoños pueden estar tomando una dirección equivocada en medio de la noche.
Señores padres de familia no renunciemos a nuestro papel de amigos, consejeros y maestro de nuestros hijo. Ellos quieren vernos a su lado, conviviendo y simpatizando con ellos. En eso consiste el delicado oficio de ser padres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario